Pirineos y Picos de Europa: Crónica Día 1.

Sábado 15/Mayo: Málaga - Barcelona (992 km).
   Por fin llega el momento más deseado de todo viaje: el momento de la partida.  Decidimos salir temprano (4:30 am) ya que la ruta prevista para este día era muy extensa.

   La noche antes de la salida siempre se duerme poco pero, en esta ocasión, fue algo irrisorio ya que el viernes trabajamos hasta las 23:00 h y, aunque lo dejé todo preparado antes de ir a trabajar, siempre dedicas algún tiempo a revisar el equipaje por última vez y cargar las baterías de todo el material electrónico que vamos a necesitar.

   Juan Antonio llegó puntual y nos despedimos de nuestros padres que se levantaron ex profeso para tal fin.  He de decir que la despedida fue bastante emotiva y algo dura (cada vez pienso más en los que se quedan).

   Las etapas previstas para este día son prácticamente las mismas que las realizadas en el viaje a los Alpes del año pasado, quedando de la siguiente forma:
  • Málaga - Puerto Lumbreras (Murcia) (315 Km): Repostaje y desayuno.
  • Puerto Lumbreras - Masalaves (Valencia) (277 Km): Sólo repostaje.
  • Masalaves - L´Aldea (Tarragona) (232 Km): Repostaje y almuerzo.
  • L´Aldea – Hotel en Barcelona (168 Km).
Mapa del Día 1:

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   Finalmente salimos cerca de las 5 de la madrugada.  Nuestra próxima parada será Puerto Lumbreras (Murcia) dentro de 315 Km. Estos primeros km fueron de adaptación. Hay que acostumbrarse a conducir la moto con los kilos extras del equipaje: es más pesada, más lenta e imprecisa.

   A medida que avanzaban los km iban quedándose atrás los nervios iniciales, nos relajamos y empezamos a disfrutar del viaje.

   Una de las preocupaciones de este viaje era el tiempo (atmosférico) que nos podíamos encontrar. Una semana antes había estado lloviendo en casi todos los destinos por los que íbamos a pasar, e incluso, en algún punto de nuestro recorrido nevó pocos días antes.

   Mi inquietud aumentó cuando, una vez pasado el Puerto de la Mora en la provincia de Granada, comencé a ver las primeras gotas de agua en la visera del caso. Falsa alarma. Se conoce que había estado lloviendo con intensidad poco antes y lo único que quedaba era el asfalto bastante mojado.  Las predicciones para la semana del viaje eran buenas en todo nuestro recorrido así que intentamos olvidarnos de este aspecto.

   Después de 2h 35min estábamos repostando en la primera gasolinera prevista.  Detrás del repostaje de nuestras monturas procedimos a desayunar.

   La siguiente etapa nos llevaría a Masalaves en la provincia de Valencia a 277 Km. El sol luce y no se observa ninguna nube “peligrosa” en el horizonte. Conforme avanzaba el día la temperatura iba subiendo aunque de momento no nos desprendemos de ninguno de los 2 forros (térmico e impermeable) que llevan nuestras chaquetas.

   Llegamos a Masalaves sobre las 10h 25min, repostamos, tomamos algo de líquido y continuamos la marcha.

   Nuestro próximo destino una estación de servicio de la autopista AP7 situada a 232 km en L´Aldea (Tarragona). Continúa haciendo un sol espléndido aunque cada vez hace más viento, sobre todo al llegar a la provincia de Tarragona.  Teníamos que ir con el manillar bien apretado y había que tener precaución a la hora de adelantar a camiones o autobuses por el aire que éstos desplazaban.

   Llegando a la estación de servicio recuerdo que, para ir en línea recta, teníamos que ir inclinados hacia la izquierda ya que el viento lateral era muy intenso.  Al mismo tiempo números insectos se estrellaban en nuestras viseras y/o cúpulas:

   Una vez en el área de servicio, nos tomamos un pequeño tentempié, repostamos y partimos hacia nuestro destino final del día: hotel Holiday Inn City-22@ en Barcelona donde se encontraban nuestras señoras ya que, al igual que el año pasado, ellas viajaban en avión.
                                                  
   De esta última etapa destacar, en primer lugar el sablazo que te dan en los peajes y, en segundo lugar, lo pesado que resulta llegar a Barcelona con la limitación a 80 km/h y la infinidad de radares que existen.

   Llegamos al hotel tras 8h 15min de conducción efectiva y haber recorrido 992 km.

   A pesar de lo extensa de la jornada decidimos salir a dar una vuelta para visitar el Tibidabo y, justo cuando estábamos quitando los candados a las motos, empezó a llover con bastante intensidad.  Nos refugiamos rápidamente en el hotel y esperamos a que el tiempo mejorase ya que se trataba de una tormenta pasajera.  Así fue, sobre las 5:00pm estábamos saliendo del hotel en dirección al Tibidabo. Un lugar con encanto desde el que puedes ver unas estupendas vistas de Barcelona.














   Tras 2 horas de visita y unas cuantas fotografías, regresamos al hotel para una ducha rápida y volver a salir, esta vez sin moto, para cenar.

   Jornada ésta algo extensa y muy aprovechada. No está mal para ser el primer día.





Pirineos y Picos de Europa: Crónica Día 2.

Domingo 16/Mayo: Barcelona – Sant Feliu de Gixols – Besalú – Sant Joan de Les Abadesses – Collada de Toses - Llívia (Girona) 295km.

   Después del preceptivo desayuno y la posterior carga del equipaje partimos dirección a Tossa de Mar para posteriormente dirigirnos hacia Sant Feliu de Gixols.  En un principio no teníamos incluidos estos destinos pero hicimos caso a las recomendaciones de los compañeros del Club VFR Spain (gracias a todos, especialmente a kledv y ferran_zz).

   Hace un día espléndido, el sol luce y la temperatura ronda los 20ºC.

   Para llegar a Tossa de Mar elegimos la autopista del Maresme donde, en uno de los peajes, la persona encargada de cobrar nos invitó y nos comentó que él también era motero.  Bonito detalle, muchas gracias.  ¡Para que luego digan de los catalanes!

   El tramo desde Tossa hasta Sant Feliu es simplemente espectacular: buenas vistas, buen asfalto, ambiente motero y sobre todo muchas curvas.  Me recuerda al trayecto entre Nerja y Almuñécar aunque el de Tossa es más revirado.





   En una de las paradas que hicimos para tomar fotografías y después de algún tiempo de charla entre nosotros, se acercaron dos moteros de la zona y nos dijeron que se habían apostado una cerveza ya que tenían dudas sobre la procedencia de nuestro acento: uno decía que éramos de Cádiz, más exactamente entre Jerez y Cádiz y el otro afirmaba que éramos de Málaga.  Se interesaron por nuestro viaje y nos recomendaron almorzar en Besalú y eso hicimos.


   Después de almorzar, muy bien por cierto, emprendemos la marcha hacia Sant Joan de Les Abadesses. En este momento los tomtom nos volvieron locos ya que nos querían mandar justo por donde habíamos llegado. Decidimos hacerles caso omiso y guiarnos a la antigua usanza.
                                                                    
   Dejamos la N-260 para dirigirnos por la GI-521 hacia el Coll de de Santigosa (1.064m) situado entre la comarca de La Garrotxa y El Ripollès.



   Ya en Sant Joan de Les Abadesses, pasamos junto al Puente de Sant Joan, construido sobre el rio Ter en 1.128 en estilo románico y restaurado en 1.309 en estilo gótico y vuelto a construir en el siglo XV después del terremoto.  En 1.939 fue volado y de nuevo reconstruido en 1.972.  Su arco de 33 m de luz, es el más ancho de los puentes medievales de España.



   Después de haber cruzado Sant Joan marchamos dirección a Ripoll por la C-26 y una vez en Ripoll tomamos la N-152 que nos lleva hasta Puigcerdà, pasando por el Port de la Collada de Toses (1.800 m).  En este tramo disfrutamos especialmente del buen trazado y del firme.  Hace una temperatura ideal: no pasas ni calor ni frio, aunque va descendiendo conforme nosotros ascendemos.

   Aparecen las primeras nieves y algunas fuentes a pie de carretera.  Mi hermano decide llenar una botella en una de ellas curiosamente llamada fuente de la vida.



Foto de rigor en el Port de la Collada de Toses (1.800 m).

   Esta carretera es ideal para practicar la conducción a ritmo que básicamente consiste en acelerar lo justo para no tener que frenar más tarde y pasar por las rectas a una velocidad moderada.  El Ritmo hace énfasis en el control de la moto y se lo quita a la velocidad pura.  Para saber más sobre el ritmo mirar este enlace: El Ritmo.

   Una vez pasado Puigcerdà nos desviamos por la N-154 para adentrarnos en territorio francés hasta el exclave de Llívia, donde tenemos reservado el hotel. Se trata del Hotel Esquirol:

   Este día recorrimos 295 km, tras 4h 53m de conducción efectiva.

   Una vez acomodados y después de una relajante ducha salimos a dar una vuelta por el pueblo y buscar donde cenar.  Parecía un pueblo fantasma, no había nadie por las calles y todo estaba cerrado hasta que, de repente: cohetes, gritos y claxon de coches rompieron aquella tranquilidad: el Barça se había proclamado campeón de la Liga.

   Finalmente cenamos en el restaurante Cal Cofa. Un lugar muy acogedor y donde cenamos estupendamente.

   Un dato curioso sobre Llívia es la llamada “Guerra de los Stop”. Quien tenga curiosidad puede leer lo sucedido en este enlace: Guerra de los Stops.



Pirineos y Picos de Europa: Crónica Día 3.

Lunes 17/Mayo: Llívia – Port d´Envalira – Ordino – Andorra la Vella – La Seu d´Urgell – Sort - Vielha (231km).

    Esta es la ruta prevista para hoy, aunque posteriormente fue modificada:

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   Día soleado aunque bastante frio.  Las motos durmieron en la calle y tenían algo de escarcha. Partimos a las 9:00h hacia Andorra, para ello tomamos en primer lugar la N-154 para enlazar con la N-20 que transcurre paralela a un río y nos llevaría hasta Porta.

   Una vez pasado Porta se puede elegir entre, seguir por la N20 a través de un túnel de peaje, o bien coger la N320 en dirección a Pas de la Casa, cruzando previamente el Col de Puymorens (1.915m).  Por supuesto elegimos la segunda opción, aunque antes nos cambiamos de guantes para afrontar el mencionado puerto.  Subimos con mucha precaución porque la carretera estaba parcialmente mojada y con bastante sal sobre el asfalto. La temperatura en la cima era de -3ºC y, como podéis ver, M. Carmen ni tan siquiera levantó la visera del casco para la foto.

   Continuamos por la N22 hacia Pas de la Casa entre nieve y niebla:


   Control de paso en Pas de la Casa (ellos también venían).

   La siguiente parada  fue en el Port d´Envalira (2.408m). Según ascendíamos el día se fue despejando, además se notó la presencia del sol ya que la temperatura subió hasta los 2ºC.

  
   Después de cruzar el puerto de Envalira continuamos por la CG-2 hasta Canillo donde tomamos la CS-240 para pasar por Ordino y posteriormente enlazar con la CG-3 que nos llevaría hasta Andorra la Vella. Aquí visitamos algunas tiendas típicas y también estuvimos en Motocard.

   Decidimos repostar a las afueras de la ciudad pero, cuando nos dimos cuenta, nos estaba dando el alto un guardia civil en la aduana el cual, casualmente, era oriundo de Málaga.

   Ya en España, tuvimos que repostar porque la VFR estaba en reserva.  Bajamos por la N-145 hasta la La Seu d´Urgell para tomar luego la N-260 a través de la cual franqueamos el Port de Cantó (1.725m) que nos llevaría a Sort, nuestra próxima parada prevista.



   Llegamos a Sort a las 14:30h así que decidimos hacer un alto en el camino para almorzar y posteriormente comprar algo de lotería en la famosa Admón. La Bruja de Sort.  Después de almorzar y para hacer tiempo nos acercamos al río Noguera Pallaresa en el que estaban practicando piragüismo.

   Como las motos estaban al sol y hacía bastante calor, decido cambiar la mía a un lugar con sombra. Me monto en la VFR, arranco, pongo primera, suelto embrague a la vez que acelero y ¡¡¡¡CRASH!!!! Rueda delantera bloqueada y moto en el suelo por su costado izquierdo. Yo también tumbado en el suelo con mi pierna izquierda atrapada por la estribera.  Del mismo coraje que me dió saqué la pierna y cuando ya tenía prácticamente la moto levantada llegaron dos muchachos a ayudarme. ¿Os podéis imaginar qué causo este estropicio? Pues sí, es lo que pensáis: me deje la p… pinza del disco puesta.

   Una vez repuesto de la caída paso a examinar la moto. No hay nada roto: la maleta lateral, la maneta del embrague y mi propio cuerpo han amortiguado el golpe.  Solo percibo unos pequeños arañazos en el carenado a la altura del intermitente y la maneta algo doblada. Paso a retirar la dichosa pinza y …. ¡Oh no! El soporte del disco está doblado. Ando con la moto unos 20m y algo va mal: va a tirones.  Pongo el caballete e intento girar la rueda y casi no puedo girarla; se atranca en un punto en el que se desplaza la pinza lateralmente. Esto es grave, pienso.

   Me acerco hasta donde están mis compañeros de viaje a comunicarles la fatal noticia. No sé la cara que tendría yo, aunque me la imagino, pero las caras de ellos eran un poema, sobre todo la de mi hermano. 

   Nos acercamos a la moto para que ellos valorasen la gravedad de la desgracia. Poco a poco me voy dando cuenta de lo que esto supone y estoy cada vez más nervioso. Llegados a este punto y tras una inicial tormenta  de ideas, el grupo se divide en dos actitudes: la optimista, representada por M. Carmen y Belén, y la pesimista, defendida por Juan Antonio y por mí. Pienso que su optimismo se debe a su total ignorancia en cuanto a mecánica y desconocimiento de la distribución de recambios.
 
   Por donde empezamos, vamos a buscar un taller de motos en este pueblo.  Nos acercamos a un taller de coches que estaba muy cerca y preguntamos, respuesta: “Aquí no hay ningún taller de motos (empezamos bien). Más abajo hay uno que trabaja con quads pero no sé si tocan motos”.

   Recuerdo que a nuestro paso por Andorra vi un concesionario Honda y me digo: Llamamos, si tienen el disco nos acercamos con la moto de mi hermano y cambiamos nosotros el disco. Busco la guía de concesionarios Honda de Europa y …. “Me la he dejado en casa”. A pocos metros hay un ciber y nos conectamos con la web de honda para buscar los concesionarios más cercanos y el de Andorra. Pues bien, Andorra no aparece ni por España, Europa o Francia. Los más cercanos: Lérida y Manresa. Copiamos sus teléfonos y llamo a Honda España para ver si me pueden dar el número de Andorra. Me atiende una amable señorita que me comenta que ellos no tienen esa información y que mire en la página de Honda Europa (cosa que ya había hecho).

   Llamo a Iler Moto, concesionario de Lleida, me pasan con recambios, les cuento mi odisea y me dicen que no tienen el disco y que les tarda 2 días, aunque me pueden conseguir uno no oficial para esta misma tarde pero que tendría que comprar la pareja: Vale, pídelos que voy a llamar a la grúa.

   Justo en ese momento me suena el móvil. Es Honda España. La amable señorita ha localizado el teléfono del concesionario de Andorra y me lo facilita. Miles de gracias.  Llamo a Andorra y me comentan que el disco no lo tienen y que les tarda una semana. Sí, sí, una semana. Les pido el teléfono de alguna tienda de recambios que pueda tenerlos y me dan el teléfono de una pero que cree que cierra los lunes. Efectivamente es lunes y está cerrada. Mientras, mi hermano ya ha llamado al seguro y la grúa llegará en 30 min.

   Bueno, esto parece que se soluciona: moto a Lleida en grúa, cambiamos los discos y…. ¿qué pasa con el hotel que tenemos reservado para esta noche a 70 km de donde estamos? …. Lo perdemos. Pues lo damos por perdido. Les comento a mi hermano y a Belén que ellos se pueden quedar en Sort para no bajar hasta Lleida pero me dicen que no: los cuatro juntos.

   Suena el teléfono: Hola soy de Iler Moto, mira es que los discos no oficiales tampoco están disponibles. Lo más rápido es el oficial que lo tendría para el miércoles a las 11:00h y en 15 min te lo montamos.   

   Esta llamada me sentó como un jarro de agua fría; no sabía qué hacer, que decir.  Le dije al chaval que más tarde lo llamaría, que acababa de llegar el señor de la grúa.

   Ante nosotros estaba un señor con ropa de taller, concretamente de Renault, justo el mismo taller al que fuimos a preguntar está tarde.  El señor solo hablaba en catalán y nosotros ni idea. Yo le pregunté: ¿La grúa? Y él afirmó con un leve movimiento de cabeza. 

   Se interesó por el estado de la moto y dónde queríamos llevarla.  Miró la moto detenidamente, se incorporó y me dice (en castellano): "Yo tengo una Honda que recogí hace 6 ó 7 años de un holandés que tuvo un accidente y nadie ha reclamado. Lo mismo te vale el disco".

   Curiosa fue la reacción que tuvimos. Mientras M. Carmen y Belén esbozaban una sonrisa, Juan Antonio y yo empezamos a mover nuestras cabezas de una lado a otro de forma negativa. Es muy difícil que sea el mismo; no creo que sea compatible; la VFR no es una moto muy común, eran los comentarios vertidos por nosotros. Mientras, ellas decían ¿y vosotros que sabéis? Por probar nada se pierde.

   El que mejor se lo pasaba era el sr Roger (así se llama el señor de la grúa) viendo como discutíamos entre nosotros. Total,  el sr Roger dice que va a medir el otro disco y a sacar una foto.  A los 5 min vuelve Roger con la cámara y una cinta métrica. Me muestra la foto y digo….
-          ¡Es la misma pinza y el mismo soporte!
-          Mientras el sr Roger estaba midiendo el disco y comenta….”Tiene el mismo diámetro”.
-          ¿Puedo ver esa moto? Le pregunté
-          Sí claro, está aquí al lado.

Esto fue lo que me encontré:

 
Una VFR 800 Fi prácticamente destrozada. 

   Yo no soy muy bueno en matemáticas pero,  ¿qué probabilidad hay de dejarte la pinza del disco puesta en una VFR Vtec, doblar el disco en un pueblo cuyo nombre es Sort, en el que no hay taller de motos, llamar a la grúa y que el señor de la grúa tenga una Honda que recogió hace 7 años y que esa Honda sea una VFR con un disco compatible con el de tu moto? No soy capaz de calcularlo pero eso para mí tiene un nombre: SUERTE, MUCHÍSIMA SUERTE.
               
   Así pues, procedimos a la extracción del órgano de la donante, posterior preparación para su implante en la paciente enferma, la cual mostró una inmediata mejoría aunque no total recuperación ya que el órgano donado no estaba al cien por cien. Dicho en un lenguaje más técnico, el disco de la Fi estaba, además de totalmente oxidado, algo arañado por el golpe que recibió la moto.  Esto se traducía en una pequeña vibración solo a la hora de frenar aunque la rueda giraba perfectamente.

   Como curiosidad comentar que el disco de la donante no era el original, sino que montaba un juego de discos EBC. ¿Le habría pasado a su antiguo dueño algo parecido y tuvo que cambiar los discos?

   Aquí tenéis una foto del taller del señor Roger:

 
   Después de esta ajetreada tarde estaba deseando quitarme la ropa de moto y darme una buena ducha para relajarme completamente. La que si parecía relajada y como si nada le hubiese ocurrido fue la VFR.  Aquí está aparcada delante del hotel con su antiguo-nuevo disco:

 
   Esa noche nos hospedamos en el Apart-hotel Pei y cenamos en el Restaurante Can Punyetes cuyo dueño era, casualmente, el señor Roger.